El destino es caprichoso, nos entristece cuando llegan hermanos y sus caminos se separan; cuando unos se marcha y otros se quedan.
Hace casi dos años que dos hermosos cachorros nos llegaron hambrientos, sucios. La niña tuvo mucha suerte y encontró pronto una familia, pero nuestro Bonni , inexplicablemente esperaba día tras día seguir su misma suerte.
Ha crecido con nosotros, no le ha faltado cariño, cuidados, juegos, pero evidentemente no merecía hacerlo en un jaula. Eso nos lastimaba en lo más profundo de nuestros sentimientos; pero como decíamos, el destino es caprichoso.
El pasado día 17 de marzo, BONNI cambiaba su presente, encontraba la vida que tanto ansiábamos para él. Una persona con un corazón generoso, decidió brindarle un futuro.
Hoy nos regalan estas fotos, que nos recuerda que no hay que perder la esperanza, y que la angustia que nos daba verle resignado en el refugio, se ha transformado en una paz inmensa viendolo descandar confiado y plácido en esa cama.
NO hay palabras de agradecimiento.
