MAMI era una gata que sobrevivía en una colina felina, cuidada por voluntari@s comprometid@s que no solo la alimentaban, sino que también le brindaban amor diariamente. Su vida pendía de un hilo al cruzar una peligrosa carretera, donde otros gatos habían perdido la vida.
Un día, llegó herida, con un ojo lastimado. La gestora de la colonia, conmovida, tras atención veterinaria decidió llevarla a un refugio, donde podría vivir de manera más segura, aunque el estrés se apoderó de ella. A pesar de los esfuerzos, la adaptación resultó difícil.
Con suerte, una persona a través de una asociación alemana se enamoró de esta valiente gata de un solo ojo. Emocionantes palabras resonaron: «She can travel». Tras casi dos días de viaje, llegó al hogar de Inés, donde la esperaban llena con gran ilusión.
Esta historia refleja la esperanza y el esfuerzo de aquellos que dedicamos nuestro tiempo a ayudar a los animales desamparados. Aunque a veces nuestra vida sea estresante y pensemos en desistir, el deseo y la ilusión persiste: encontrar un hogar para todos los perros y gatos abandonados.
En estos días navideños, queremos recordar la importancia de la compasión y la solidaridad hacia los animales pero en especial, agradeceros vuestro apoyo y ayuda y sobre todo que optéis por ADOPTAR.
Que la historia de esta gata nos inspire a seguir esforzándonos por hacer del mundo un lugar mejor para aquellos que más lo necesitan. ¡Felices fiestas, llenas de esperanza y amor!