ETAPAS DEL DESARROLLO EN UN PERRO: TERCERA ETAPA (de 3 a 4,5 meses)

ETAPAS DEL DESARROLLO EN UN PERRO: TERCERA ETAPA (de 3 a 4,5 meses)

ETAPAS DE DESARROLLO: De 3 meses a 4 meses y medio. Habituación y socialización
Por Mary Sánchez – Pasión 4 Dogs

Continuando con las etapas de desarrollo, la siguiente es la correspondiente a la habituación y socialización, que en tiempo abarcaría entre los 3 meses y los 4 y medio.
En esta etapa es donde el humano debería aparecer. Aquí el cachorro comienza a ampliar su entorno social, el paseo ya cobra gran importancia, así como la integración en un grupo social. Ya es mucho menos dependiente de la madre y está predispuesto a conocer cosas nuevas. Es la etapa de la socialización por excelencia.

Aunque el paseo cobra importancia tenemos que tener en cuenta varios factores. El primero, es que la epífisis, esto es, la terminación de los huesos largos, acaba de formarse a partir de los 5 meses, con lo cual un cachorro de esta edad es incapaz de caminar largas distancias. Si lo forzamos, aparte de causarle dolor, podemos provocar lesiones futuras como displasias. Estamos aburridos de ver cachorros por la calle que se sientan o se tumban en el suelo y se niegan a andar y no lo hacen por “cabezonería”, sino porque NO PUEDEN MÁS, están saturados, bien a nivel físico, bien a nivel de presentación de estímulos, bien por ambos. Tenemos que ser muy conscientes de todo esto. Por tanto, debemos comenzar con paseos muy cortos y, a medida que vamos ampliando distancias, cogerlo en brazos si fuera necesario. Eso sí, es igual de importante no llevarlo en brazos por zonas donde previamente el perro no haya explorado. Os pongo un ejemplo, imaginaos que desde la residencia del perro hacia el exterior hay distintas capas, como si fuese una cebolla. Las primeras capas estarán relativamente cerca y el perro las puede realizar andando, pero a medida que voy ampliando la extensión del paseo, las primeras capas se pueden realizar con el perro en brazos, de forma que la etapa novedosa siempre la pueda explorar. Por ejemplo, si quiero llegar a la capa 5, previamente en paseos anteriores habremos pasado por las capas de la 1 a la 4, y si esta está más lejos, pues puedo llegar hasta allí llevando al cachorro en brazos, y dejándolo en el suelo un poco antes de comenzar en la zona nueva, para que pueda empezar a explorarla. La idea es proporcionar una conexión segura, desde su lugar de salida hasta donde llegan finalmente, a través de la exploración por parte del cachorro.

El cachorro necesita conocer a otros perros, de todas formas y tamaños, cuidando siempre la excitación y los tiempos, para que no les resulten experiencias desagradables. La peor opción es irnos a un parque canino, donde se va a encontrar a muchos perros de golpe y generalmente muy excitados. Mejor hacerlo durante el paseo con interacciones de duración breve.
No es necesario que esto suceda a diario, sino preferiblemente dejando unos días de descanso por medio. Tampoco necesita conocer “a todos los perros del mundo” en un día, se los iremos presentando progresivamente, uno, dos… en cada paseo.

Los cachorros empiezan dejándose oler, de forma pasiva, y poco a poco van cogiendo confianza. El perro adulto que gestiona como adulto aguantará pacientemente, dando ejemplo de tranquilidad.
Esta etapa es muy difícil de pasar para un cachorro sin interacciones con otros perros. También es difícil de pasar si hay un solo perro adulto con él, ya que éste necesitará momentos de descanso. Un error muy frecuente cuando somos “conscientes” de que el adulto puede agobiarse es darle descanso cuando lo decidimos nosotros y no él. Imaginaos que estáis intentando explicar algo a otra persona y, cuando casi ya os han entendido, os dicen: “Venga, nos vamos”. En expresión coloquial, nos quedaríamos “con la cara partida”, pensando que ESE no era el momento. Al adulto hay que ofrecerle el descanso cuando éste se levanta o nos busca.

¿Qué necesita un cachorro en esta etapa entonces?
Necesita conocer otros perros, pero como hemos explicado antes, teniendo mucho cuidado en la excitación y en los tiempos, y no a diario.
Necesita conocer y asegurar su entorno de forma muy progresiva.
También necesita conocer y relacionarse con otras personas, sin sobreexcitarlos, de forma tranquila.
Necesita tiempo para explorar, observar, olisquear, mordisquear y un descanso posterior para poder registrar toda esa información que le va llegando. Y nosotros necesitamos armarnos de paciencia e ir sin prisas, con lo cual enlazamos al siguiente punto.
Necesita que seamos para él unos buenos referentes de calma, que tengamos paciencia, que si tiene un problema nos vea tranquilos y que sepa que estamos ahí para cuando nos necesite, dejándolos a su ritmo y sin forzarlos a nada.

¿Qué podemos esperar de un cachorro con esta edad?
Ya en este período comienza a aparecer la empatía hacia los demás. También es capaz de tener mayor concentración, se interesa por todo lo nuevo e interactúa más con el entorno. Es un perro más autónomo, no tiene tanta dependencia de la madre. Debería tener mayor control de la boca y de los esfínteres.

¿Y qué es lo que aún no toca?
Un cachorro de esta edad es incapaz de atender en presencia de otros estímulos. Tampoco puede tener autocontrol, ni concentrarse durante mucho tiempo.
Los factores que le resultan estresantes a un cachorro de esta edad son la práctica de una inundación o una socialización de forma no progresiva, añadiendo muchos estímulos y novedades de golpe, los paseos excesivos, la obediencia, las prisas, el exceso de control o el control continuo, el pedirle exigencias y obediencias altas, la sobreestimulación de cualquier tipo, el verse sobreprotegido sin opciones a relacionarse con la libertad necesaria, sobre todo cuando hablamos de interacciones perro-perro, la falta de relaciones sociales, tanto con perros como con personas, la soledad y la falta de contacto, el exceso de juego, la actividad excesiva, el tener más tiempo al día de actividad que de calma, la forma de manipularlos y la falta de coherencia en el trato.

Entre los 4 – 5 meses, aparece un período de miedos, muy observable, ya que de repente empieza a mostrar miedo hacia algo que ya conocía previamente, como por ejemplo un bidón de basura, una papelera, una farola…. El cachorro durante esta etapa comienza a tener más movimiento y cierta autonomía, y de repente, se hace consciente de ello. Para hacer un símil, es como si nos pusiésemos a subir un árbol, y, de repente, nos parásemos y mirásemos hacia abajo y nos diese miedo ver hasta dónde hemos llegado.
Todo esto se complicará más en casos de perros sobreestimulados y faltos de períodos de descanso.