Más de un año, más de 12 meses, uno tras otro, llevan todos nuestros veteranos «entre rejas».
En estos últimos meses vemos cómo los perros pequeños, peludos, cachorros, sanos, de raza…. suelen salir adoptados rápidamente, tanto que algunos ni si quiera tenemos que publicitarlos en nuestra web o redes sociales porque nos desbordan las demandas de adopción. Eso está genial y nos alegra muchísimo por ellos. Pero al mismo tiempo hace aún más pronunciada la brecha discriminatoria que sufren los que llamamos «nuestros veteranos», perros que ven pasar los días, las semanas y los meses tras los barrotes de sus jaulas, sin que nadie se interese por ellos, sin que ninguna familia quiera convertirse en la suya propia y definitiva.
Clarence, Gabón, Aprilia, Diciembre, Candela, Stubby, Barbados, Galo, Xana, Tíbet… cada nombre con un ser vivo detrás, con una triste historia, con una realidad diferente, pero con un mismo sueño: encontrar por fin la familia adecuada y perfecta para él o ella. Nadie que no haya estado físicamente en el refugio podrá imaginar qué deben sentir estos maravillosos seres sintiendo que la vida se les escapa entre las patas, sufriendo un encierro y un aislamiento social que no merecen. Por mucho que nos desvivamos en atenderlos lo mejor posible, nunca será, ni de lejos, parecido a vivir en un verdadero hogar.
Como nuestra esperanza es inmensa y queremos creer en los milagros de la Navidad, desde aquí hoy pedimos el mayor de los regalos para cada uno de ellos: una familia propia.
Para ponerlo un poquito más fácil tanto a Papá Noel como a los Reyes Magos, Siempre Contigo los ha incluido en el programa de adopciones humanitarias a coste cero. Si estás pensando incorporar a un nuevo miembro a la familia y quieres/puedes hacerle ese regalo a alguno de nuestros veteranos, no dudes en contactar con nosotras. Te explicaremos encantadas el procedimiento y podrás conocerlos en persona.
Cambiar sus vidas está en tu mano.
